La Ciudad de México, de espacio a personaje en Carne de ataúd de Bernardo Esquinca

Literatura

La Ciudad de México es un personaje, uno multifacético, colorido, redondo a más no poder. Cualquiera de sus habitantes percibe al mirar a su alrededor la magia peculiar de este espacio; sin embargo, al posarse el velo de lo poético en él, las perspectivas para mirar la realidad de la Ciudad de México se desbordan

La Ciudad de México es un personaje, uno multifacético, colorido, redondo a más no poder. Cualquiera de sus habitantes percibe al mirar a su alrededor la magia peculiar de este espacio; sin embargo, al posarse el velo de lo poético en él, las perspectivas para mirar la realidad de la Ciudad de México se desbordan en muchas y muy variadas obras literarias.

Es este el caso de la Saga Casasola, del escritor y periodista Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972), quien fue cautivado por esta apasionante ciudad y ha logrado plasmar su esencia en una narrativa que fusiona virtuosamente diversos géneros, tales como la fantasía, lo sobrenatural y lo policiaco. Es así como su prosa deriva en una especie de “ficción de lo extraño” que permite pintar a la perfección la colorida identidad de un espacio tan complejo como la Ciudad de México con sus múltiples realidades, cada una de ellas explorable desde infinitos enfoques.

La Saga Casasola se compone de cuatro novelas en las que, como el autor menciona en una entrevista (Quezada Roque, 2017), se observan dos de sus grandes obsesiones: la Ciudad de México, específicamente el Centro Histórico, y lo secreto. La primera parte de la saga es La octava plaga (2011), posteriormente se publicó Toda la sangre (2013), seguida de Carne de ataúd (2016) y finalmente Inframundo (2017). Carne de ataúd, la parte que nos ocupa en la presente introducción, es una novela histórica en la que se mezclan la fantasía, lo sobrenatural y lo policiaco en una trama de constante suspenso, la cual se enmarca en el periodo del porfiriato y retoma algunas figuras importantes de la época, como el primer asesino serial documentado en México, Francisco Guerrero Pérez “El Chalequero”; el inspector Carlos Roumagnac, el artista Julio Ruelas, Francisco I. Madero y el propio presidente Porfirio Díaz. El hecho de que Esquinca haya elegido este periodo histórico para situar Carne de ataúd se justifica por la razón de que en aquellos años nació la nota roja como género periodístico, y es ésta uno de los hilos que conectan todas las partes de la saga.

En la novela se narra la historia del abuelo de Eugenio Casasola, quien lleva el mismo nombre y es también periodista, sin embargo, se encuentra obsesionado con el antes mencionado “Chalequero”, debido a que éste asesinó a Murcia, la mujer a quien amaba. Esta obsesión lleva al protagonista a internarse en una investigación cada vez más turbia y peligrosa que finalmente se convierte en una pesquisa de otro cruel asesino al que la gente llama “La Bestia”. En el afán de Eugenio por seguir en contacto con Murcia y encontrar a “La Bestia”, éste recurre a herramientas como el espiritismo y la conspiración, para lo cual debe inmiscuirse en situaciones que muestran las caras más oscuras y secretas de la Ciudad de México en la época del porfiriato.

En este sentido, vale mucho la pena que el lector note cómo entre más se adentra en la trama de todas las novelas que componen la saga, más toma relevancia la Ciudad como espacio que se describe y manifiesta continuamente a través de sus olores, sabores, colores, esencias y habitantes, hasta llegar a ser la protagonista de la saga, como el mismo Bernardo Esquinca lo expresa (Moro Hernández, 2017).

De esta forma, en el caso concreto de Carne de ataúd el autor llevó a cabo un vasto trabajo de investigación y un estudio minucioso de la Ciudad de México en el porfiriato a través de la consulta de múltiples documentos, mayoritariamente crónicas de la época como las de Ciro B. Ceballos (Moro Hernández, 2017). Además, en la escritura de la novela Esquinca hace referencia a algunas leyendas populares muy antiguas como la de la Mulata de Córdoba y la de Don Juan Manuel para dar cuenta de la superstición como otro rasgo importante de la identidad de los mexicanos, en contraste con la inminente modernidad a la que se enfrentaba el país, y específicamente la Ciudad, en aquel momento.

Es así como Carne de ataúd resulta ser en muy buena parte un retrato fiel de la Ciudad de México de finales del siglo XIX y principios del XX, en el cual el lector puede apreciar a detalle la esencia de esta urbe y de sus habitantes y la continua interacción entre ambos en circunstancias particulares configuradas minuciosamente por el autor.

Consecuentemente, se incluyen en este mapa las ubicaciones espaciales donde ocurren las acciones que rigen la trama de la novela, de modo que el lector pueda percibir con facilidad la zona de la Ciudad en la que tienen lugar los principales hechos ficcionales narrados por Esquinca y así aprecie de una manera más global el significado de Carne de ataúd, sin restar importancia a la relación entre el espacio, el tiempo y la historia.

Llegados a este punto, sólo queda decir que la indiscutible relevancia del espacio urbano en esta novela justifica cumplidamente su inclusión en el repositorio cartográfico digital del Seminario de investigación multidisciplinar «Dimensiones humanas e imaginarios del espacio urbano» al ser un documento literario que da cuenta de la Ciudad de México como un personaje con identidad y esencia propias, dignas de ser narradas y recreadas desde una perspectiva híbrida como la acuñada por Bernardo Esquinca. Y es que, al final del día, la literatura de la Ciudad de México, pero también nuestra manera de leerla, forman parte de la compleja identidad de este espacio caleidoscópico que evidentemente tiene mucho por comunicar.

 

Bibliografía

Moro Hernández, José, “El Chalequero, primer asesino serial mexicano / Entrevista a Bernardo Esquinca», lja (2017), https://www.lja.mx/2017/02/chalequero-primer-asesino-serial-mexicano-entrevista-a-bernardo-esquinca/.

Quesada Roque, José, “Bernardo Esquinca y su interés por el lado oscuro de la CDMX”, máspormás (2017), https://www.maspormas.com/ciudad/mente-siempre-escarba-lado-mas-oscuro-una-entrevista-bernardo-esquinca/.