Hechos heroicos del conquistador. Una mirada a partir de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo

Construcción caballeresca

E han de considerar los curiosos que esto leyeren tan grandes hechos que entonces hicimos: dar con los navíos al través; lo otro, osar a entrar en la fuerte cibdad, teniendo tantos avisos que allí nos habían de matar desque dentro nos tuviesen; lo otro, tener tanta osadía: osar prender al gran Montezuma, que era rey de aquella tierra, dentro en su gran cibdad y en sus mismos palacios, teniendo tan gran número de guerreros de su guarda; y lo otro, osar quemar sus capitanes delante sus palacios y echalle grillos entre tanto que se hacía la justicia. Muchas veces, agora que soy viejo, me paro a considerar las cosas heroicas que en aquel tiempo pasamos, que me parece las veo presentes, y digo que nuestros hechos que no los hacíamos nosotros, sino que venían todos encaminados por Dios. Bernal Díaz del Castillo

En la crónica Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo el autor tiende a configurar a Hernán Cortés y a los conquistadores como héroes caballerescos. Esto lo logra equiparando algunas acciones propias de los caballeros andantes de libros de caballerías con los sucesos que relata en su crónica. Aunque esta es una estrategia que el cronista sigue a lo largo de la narración, los puntos geolocalizados en el mapa se restringen a la Ciudad de México, por tratarse de un lugar simbólico: donde se articula el poderío mexica. Es en ese sentido que, al tomar el territorio y vencer a los pobladores, los conquistadores se convierten en los héroes caballerescos del relato, pues simbólicamente recuperan el espacio para el rey y la cristiandad, tal como lo hacen los héroes de los libros de caballerías.

Los libros de caballerías hispánicos tuvieron su desarrollo durante el siglo XVI y fue un género muy exitoso entre el público de la época. A lo largo de la centuria, se escribieron ochenta y siete libros de caballerías distintos que suscitaron más de doscientas ediciones (Gutiérrez Trápaga, 2017, p. 1). Entonces, ya para el siglo XVI existe un imaginario caballeresco construido a partir de distintos géneros literarios y prácticas culturales que se fomentaron desde la época medieval. A nivel literario existen los exitosos libros de caballerías, historias caballerescas breves, romances y representaciones teatrales cortesanas que dan cuenta de este fenómeno; mientras que a nivel cultural tenemos testimonio de fiestas, torneos y justas que se organizaban en las cortes (Del Río, 1999; Demattè, 2005; Ferrer, 1993) y que poco a poco fueron consolidando y alimentando una tradición caballeresca.

Si bien el género de los libros de caballerías fue evolucionando a lo largo de su desarrollo, lo cierto es que varios de los libros de caballerías muestran héroes modélicos, pues conjuntan una serie de aspectos ideológicos que construyen el personaje literario. Lucila Lobato identifica tres principales ejes para la construcción del caballero literario: las armas y la aventura, la cortesía y el amor y, finalmente, la religión y la sociedad (2008). Entonces, siguiendo a Lobato, la construcción del caballero de la ficción caballeresca conjunta tres ejes de desarrollo: el bélico, el religioso y el cortesano.

Debido al código genérico de la crónica y a la verosimilitud que exige, las características de los conquistadores como héroes no pueden trazarse de la misma manera que en los libros de caballerías, por lo que se emplean una serie de acciones asociadas al héroe caballeresco y estas acciones se desarrollan de acuerdo con las pautas de construcción genérica de la crónica. Entonces, a partir de algunos motivos vinculados al héroe caballeresco, se logra una equiparación entre los héroes de los libros de caballerías y la figura de Hernán Cortés.

Ambos tipos de héroes: los de los libros de caballerías y Hernán Cortés se desarrollan en los tres ejes de construcción propios de los libros de caballerías: el eje bélico, el eje religioso y el eje cortesano. Al equipar la construcción de los conquistadores a los héroes caballerescos, estos elementos narrativos cohesionan el relato de en una clave de lectura: legitiman la empresa de la conquista como un hecho heroico.