La ciudad como hábitat de historias en La octava plaga de Bernardo Esquinca

Literatura
Relato Fantástico

Lady Caracol llega tarde al palacio. Francisco Toledo   Esta ciudad está construida de miedos La octava plaga. Bernardo Esquinca.   […] seremos nosotros dueños de la tierra, volveremos a serlo, mejor dicho, pues que primero que nadie lo fuimos, en el albor de los  milenarios, antes de que el antropoide apareciese en las florestas

Lady Caracol llega tarde al palacio. Francisco Toledo

 

Esta ciudad está construida de miedos

La octava plaga. Bernardo Esquinca.

 

[…] seremos nosotros dueños de la tierra,

volveremos a serlo, mejor dicho, pues que

primero que nadie lo fuimos, en el albor de los

 milenarios, antes de que el antropoide apareciese

en las florestas vírgenes y de que su aullido de

terror repercutiese en las cavernas ancestrales.

 ¡Ah!, todos llevamos en los glóbulos de nuestra

sangre el recuerdo orgánico, si la frase se me

permite, de aquellos tiempos benditos

en que fuimos los reyes del mundo.

La última guerra. Amado Nervo.

 

La ciudad es un espacio donde grandes historias suceden: algunas de ellas permanecen en la memoria colectiva oficial y son historias que acaparan las primeras planas. Son las que ocupan los periódicos catalogados como serios, veraces y creíbles. Y aunque a veces no son noticias tan relevantes y no traspasan las barreras del tiempo, quedan en el imaginario como historias reales, porque tienen una explicación basada en el sentido común, o en hechos científicos.

Pero la ciudad no sólo es el hábitat de éstas anécdotas: también surgen en ella aquellas que quedan desechadas en la memoria colectiva marginada, que se vuelven relatos en los que se narra una ciudad que guarda celosamente historias, a veces imposibles de creer, y que, incluso, se cuentan como secretos a voces, o terminan siendo leyendas urbanas.

Es posible encontrar esa dicotomía entre las historias: las que corren libremente por el espacio y las que corren por debajo del agua, en la novela La octava plaga, del escritor mexicano Bernardo Esquinca, en la cual se narran las dificultades a las que se enfrenta Casasola, un reportero que se ve obligado a iniciarse en las oscuras filas del reportaje de nota roja, cuando el periódico donde trabaja cierra el área de noticias culturales, a las que se dedicaba.

El narrador nos cuenta acerca de Casasola, lo que se vuelve la historia principal. En esta travesía, Casasola se encuentra con hechos que lo llevarán a cuestionarse su realidad, en donde las historias de miedo y la vida cotidiana se mezclan y disipan sus límites. Al final, encontrará que el peor enemigo no es otro humano en sí mismo, sino un humano controlado por otros seres de los cuales se estará descubriendo y comprendiendo su influencia poco a poco. Todo esto, ambientado en la ciudad de México, que toma un papel muy importante en el desarrollo de la novela.

Casasola se enfrenta consigo mismo, contra sus prejuicios y creencias, y se lanza a conocer el bajo mundo de la nota roja: lo que al principio parece ser un suplicio, el peor de los castigos, algo degradante, pero termina siendo una experiencia que marca totalmente su vida personal, profesional, y su forma de ver la vida. Son precisamente esas historias que se va encontrando en su viaje como reportero de nota roja, a las que nos referimos como aquellas historias que corren «por debajo del agua», y que, al final, serán aquellas que darán mayor verosimilitud a lo que le sucede a Casasola y que repercutirá en el mundo ficcional entero.

A partir de estos dos niveles de anécdota, las historias superficiales y las profundas, que se entretejen para dar un sentido a la novela de Esquinca, pretendemos realizar una cartografía en la que vamos a plasmar en qué lugares se fueron dando estos acontecimientos, con el fin de poder visualizar cómo el autor se apropia de esos lugares para darles sentido para que, a su vez, esos lugares formen parte del sentido general de la obra. Los lugares, con su acontecimiento dentro de la obra, son dentro de la ciudad de México, por lo tanto, todos los espacios que se encontrarán en esta cartografía, son de esta ciudad, que está llena de historias.

 

El nivel superficial y el nivel profundo

 

En la novela aparece desde un inicio esa barrera que separa a las historias valoradas y las no valoradas, lo que podemos notar en el siguiente fragmento en el que Casasola se encuentra en su primera escena del crimen para escribir su primera nota roja, y se topa con Verduzco, también reportero de nota roja, pero más experimentado, quien se convierte en su amigo y su guía en estos menesteres. En este fragmento dan a entender que están en la ciudad de México, pero no dicen exactamente en qué dirección, sólo mencionan que dentro de un hotel donde un crimen, que da inicio a misterio que da sentido a la historia de la novela en general, fue perpetrado:

 

—No te había visto. Eres novato, ¿no? —Verduzco dio una calada al cigarro y después continuó mascando su chicle. Por lo visto le gustaba la mezcla con el tabaco.

—Para nada —Casasola se pasó una mano por la barba, en un intento por parecer más serio—. Llevo quince años trabajando, pero cubría otra fuente.

—¿En serio? ¿Cuántos años tienes?

—Treinta y siete.

—Te llevo unos añitos. ¿Y qué fuente cubrías?

—Cultura.

—Uta… —Verduzco escupió su chicle, sacó uno nuevo de la bolsa de su chamarra de mezclilla y se lo metió a la boca, sin ofreceré a su interlocutor—. Con razón tienes manos de metrosexual. Aquí te las estropearás un poco.

—¿Qué problema tienes contra las secciones de cultura? Son las que enriquecen los periódicos.

—Mamadas. En la nota roja está la esencia de la buena escritura: se necesitan entrañas pero también tener los huevos bien puestos.

—No creo. No me gusta eso, antes me dedicaba a cosas más sublimes.

 

­Como vemos en el fragmento citado, esa idea que el narrador nos muestra, ese imaginario en el que se menosprecia a la nota roja y se le ve como menos frente a las noticias culturales, es parte del pensamiento de Casasola: se nos muestra cómo el mismo protagonista se enfrenta a esos prejuicios, pero de igual manera se muestra cómo Verduzco también está enfrascado en ellos, pero encontramos en él el prejuicio de forma invertida  porque da a entender que la gente dedicada a las noticias culturales, al sentir que trabaja con cosas más elevadas, es presuntuosa y que le falta experiencia con la vida misma. Ambos están en esta dinámica en la que menosprecian las historias que cuentan los otros y los medios en que son publicadas.

Así es como notamos esta dicotomía en la novela de Esquinca a nivel del discurso, pero también podemos encontrar esta dinámica a nivel de construcción de la novela, pues en ella fluctúan diversos tipos de historias que forman parte de su estructura: encontramos en ella la historia principal donde se narra la historia de Casasola y a lo que se enfrenta, pero encontramos también fragmentos de un diario de campo entomológico, que si fuera revisado por sus colegas, quedaría relegado y definido como “el diario de un loco”,  partes de un diario personal, notas periodísticas de una revista sensacionalista y una narración secundaria acerca de unos sueños misteriosos que tiene Casasola.

Todos estos textos funcionan como un todo que le da sentido a la novela, así que no hay nada gratuito.

En el orden de la novela, primero nos dan a conocer el diario del entomólogo, que es el primero en enfrentarse al hecho sobrenatural que nos atañe; en segundo lugar, el autor nos muestra cinco historias, que también están relacionadas con el hecho sobrenatural; y en tercer lugar, nos presenta la historia principal, con algunos cortes para insertar fragmentos de sueños de Casasola y del diario del Griego, otro personaje importante (este diario no será retomado en este estudio). Tenemos, por lo tanto, una historia superficial y varias profundas, que terminan siendo una misma pues se dan sentido unas a las otras.

La historia superficial que es la de de Casasola, de su enfrentamiento con una asesina que tiene una particular forma de matar, se vuelve una pista para encontrar algo más grande; algo que está a punto de sobrepasar a la humanidad y que superará su afán de entender todo de una manera positivista, de clasificarlo y comprenderlo, para poder controlarlo. Y es así como estas historias sumergidas en el imaginario colectivo se convierten en las historias que realmente cambiarán el curso de las cosas. Y al mismo tiempo, la historia superficial de Casasola, si pudiéramos percibir los alcances de los acontecimientos a nivel mundial dentro de la ficción, se convertiría en otra de las microhistorias que forman parte de la historia en grande de la invasión de los insectos. Así que, de nuevo, todo depende de la perspectiva desde la cual se miren las cosas.

Entonces, ¿qué importancia tienen estas historias profundas en la novela?, ¿qué sentido tienen? El autor juega también con el lector con respecto a estos prejuicios de las historias serias/relevantes/veraces o verosímiles y las historias no serias/irrelevantes/no veraces o inverosímiles, pues conforme se continúa la lectura, las noticias del semanario tienden a ser puntos clave para creerle al autor que lo que ocurre con la asesina de los moteles no es un hecho aislado, y al final termina tumbándonos porque nos hace confirmar que los insectos no descansarán hasta tomar toda la ciudad e incluso todo el mundo.

Estos textos periféricos (los cinco artículos del semanario, el diario del entomólogo y los sueños de Casasola), junto con la anécdota principal, se encuentran en el límite entre lo fantástico y lo científico-psicológico, porque las personas y hechos que son ahí descritos forman parte de un suceso extraño, que podría o no tener un final y que poco a poco se torna pero no lo sabemos sino hasta que nos adentramos más en la lectura de la anécdota principal.

Al introducirnos cada vez más en la anécdota nos damos cuenta de que estas noticias, el diario y la narración de los sueños de Casasola son indicios, o para utilizar un término más detectivesco acorde a la temática de la novela, se convierten en pistas, en hechos paralelos que transforman nuestra historia en un hecho no aislado y en una anécdota fantástica.

En ese sentido, en este mapa nos dedicaremos a estudiar cuatro tipos de historias dentro de la construcción de la novela: 1) la historia principal, de Casasola; 2) las historias narradas en los reportajes de la revista sensacionalista; 3) lo que cuenta en su diario un entomólogo que también se enfrenta con el ataque de los insectos y 4) los sueños misteriosos de Casasola.

Estos cuatro niveles, porque son paralelos o periféricos a lo que vive Casasola, están totalmente relacionados y permitirán darle más profundidad e incluso más verosimilitud a todo.

Esos tipos de puntos serán presentados de forma separada en el mapa, en categorías a las cuales les corresponderá un color que permitirá su distinción:

-Puntos de color azul: fragmentos de la novela que son parte de la narración principal, que es la de Casasola en su viaje como novato escritor de nota roja.

-Puntos de color rojo: las historias de nota roja que son colocadas por el autor y que parecen estar desligadas de la historia principal.

-Puntos de color verde: fragmentos del diario del entomólogo, quien nos introduce al misterio de los insectos.

-Puntos de color morado: fragmentos de los sueños de Casasola, donde también nos introduce más al misterio ambientado por el mundo onírico.

-Puntos de color negro: Se agrega, por necesidad, otro tipo de puntos que tiene que ver directamente con descripciones que hace Esquinca de la ciudad: eso porque en este mapa interesa recopilar todo lo que nos haga formarnos una imagen de la ciudad, que en este caso, es una mirada detectivesca, misteriosa, que contiene escondrijos, pero también lugares visibles para todos. Esos puntos serán de color negro.

Una condición para el estudio de los fragmentos de estos cuatro tipos de historias, es que los fragmentos tengan lugar en la ciudad de México, de tal manera que podamos mapear los lugares en los que se dieron los hechos (algunos son explícitos y otros dejan lugar a que el lector piense en qué parte de a ciudad pudieron desarrollarse), y así, más que conocer la trayectoria de los personajes, conocer los lugares que inspiraron a Esquinca para narrar esta historia, o los lugares que podríamos considerar, porque no todos los lugares son nombrados de forma explícita.

Para finalizar esta introducción al mapa de La octava plaga de Bernardo Esquinca, podemos decir que en esta obra narran los inicios de una distopía citadina que está por suceder gracias a la invasión de unos seres que siempre hemos aplastado y menospreciado: será una invasión primero mental y después física, primero individual y después colectiva, y por lo tanto primero de espacios íntimos y después de espacios públicos, que comienza en la ciudad de México (aunque muy posiblemente dentro del mundo ficcional se esté presentando en otros lugares del mundo paralelamente) y se extenderá por otros espacios del planeta.

Esta invasión podría ser metáfora de la recuperación de la naturaleza de sus espacios, que en esta ocasión, en La Octava plaga de Bernardo Esquinca, es por parte del reino de los insectos quienes nos hacen recordar que no somos los amos y señores de este planeta, solamente estuvimos de paso, nuestra historia como humanidad apenas y ocupa un suspiro en el reloj que marca la historia del universo.

Y por eso es una historia que plantea un futuro. El mismo final, en forma de epílogo, muestra una proyección, una mirada hacia el porvenir, es como si el autor nos dijera que ahí no termina la cosa, que sólo narró uno de los comienzos: el comienzo vivido por los habitantes de la ciudad de México y sus alrededores. Y entonces nos es posible pensar en qué tantas formas puede seguir tomando esa invasión y nos da una imagen tremenda, en la que las langostas en una plantación, son reemplazadas por un grupo innumerable de humanos que está por terminar con la cosecha: con la cultura humana.