Ciudad fantasma. La representación del espacio urbano en los relatos fantásticos (XIX-XXI) de la Ciudad de México

Relato Fantástico I

“La ciudad se transformó en un libro que tenía en mis manos” -Walter Benjamin

La manifestación de la ciudad, ya lo expresaba Walter Benjamin en su Libro de los paisajes, se erige como ese ente en perpetuo movimiento con apariencia uniforme que permite dar cuenta de las experiencias singulares de los habitantes, a través de percepciones que hacen apertura de la otredad y que quedan grabadas de manera recíproca (Benjamin, 2005). La obsesión que se tiene de la ciudad radica que, por sí misma, representa más allá de un compendio de estudios topográficos urbanos y de su evolución arquitectónica, pues ésta se erige como un cúmulo de edificaciones que dan cuenta de la preservación de la memoria para la conformación de identidades.

A pesar de que la geografía es la encargada principal de estudiar y describir el paisaje, ésta no puede dar cuenta de manera exhaustiva sobre la realidad de la ciudad con doctrinas que emplean elementos exclusivamente materiales; tiene que hacer uso de la interdisciplinaridad con las artes y humanidades para expresar el fin primero y último de la constitución de la ciudad: albergar exponencialmente la existencia humana.

De todas las manifestaciones artísticas que hacen representaciones de la ciudad, es la literatura quien ofrece una comprensión más amplia de ella, ya que, gracias a su “continuum” literario, puede restituir una versión diacrónica de su realidad y a implementar una percepción sensible de las cosas (Cruz Margueliche, 2014). En este sentido, por medio de una mirada narrativa, la ciudad hace posible el encuentro, a través de distintas temporalidades, entre el habitante y su experiencia de la ciudad, que da paso a la comprensión del entorno; lo cual provoca, finalmente, que en ésta se siga pensando, contando y construyendo indefinidamente mediante fenómenos significativos que muestran el acontecer de la vida.

Las grandes urbes, como la nuestra -la Ciudad de México-, con su antigüedad y su superposición de tiempos, razas, lenguas y pasiones, es una de las más grandes acumuladoras de energías e historia (Esquinca y Quirarte, 2012). La Ciudad de México se nos presenta como un mosaico gigante e inacabable bajo múltiples facetas narrativas que convergen en distintos lugares y tiempos, cuya construcción no puede ser unívoca, pero sí en tanto que en ella se preserva el eco de la memoria real e imaginaria de quienes la vivieron con todos los sentidos.

En este trabajo, uno de los mosaicos de la ciudad capitalina que se retoma para ahondar más en ello es aquel que evoca un cúmulo de extrañezas, que provoca la alteración de lo cotidiano, lo ajeno a lo doméstico: la incursión a la otredad, en donde la Ciudad de México es el escenario fantasmal que fascina y a la vez intriga por medio de sus historias y leyendas que plasman el terror de un territorio conocido, pero siniestro.

Para plasmar el carácter fantástico que relatan las historias espeluznantes de la ciudad, se ha recurrido a emplear la antología de Bernardo Esquina y Vicente Quirarte titulada Ciudad fantasma. Relato fantástico de la Ciudad de México (XIX-XX) Tomo I, en cuya selección, en palabras de los editores, está formada exclusivamente por cuentos donde la capital es motivo primordial.

En estos cuentos, el espacio urbano de la Ciudad de México se manifiesta en el tejido narrativo por medio de descripciones y de las acciones de los personajes que comunican un discurrir de la ciudad en su proposición misteriosa, terrorífica y, principalmente, fantástica. La importancia del espacio urbano es tal en cada obra que la estructura de la misma se erige en disposición de éste en cuestión; asimismo, las coyunturas narrativas más relevantes que le ocurren a los personajes de la ficción tienen una relación estrecha con el lugar en que se desempeñan, de tal manera que se configuran fenómenos de edificación como la calle, la casa, la plaza, el templo, el metro, la parada del autobús, la cantina, el cine, el pasaje subterráneo, etcétera, como agentes más allá de su función de tránsito comunal, pues son ellos, por medio de su historia, geografía, arquitectura y urbanismo, los que propician los eventos determinantes en la trama.

El espacio urbano de la Ciudad de México en todos los relatos fantásticos se muestra como una inspiración de la existencia que, con ayuda de la ficción, permite reflexionar en torno a los elementos simbólicos que evocan la realidad de la urbanidad. Bertrand Whespal (2007), en su libro La geócritique: Réel, fiction, espace, habla de la constante relación entre lo real y lo ficcional: “La ficción no imita la realidad […] sino actualiza nuevas virtualidades hasta ahora inexpresadas que luego interactúan con lo real según la lógica hipertextual […]. La ficción detecta las posibilidades enterradas en los pliegues de la realidad” (pp. 118).

En la ficción, esta urbanidad no es uniforme, como ya anteriormente se ha planteado; los distintos estilos arquitectónicos, la importancia de la historia sobre el espacio, la geografía del lugar, la gentrificación y, por supuesto, la percepción que cada autor tiene sobre la ciudad ha hecho que cada lugar adquiera características propias y disímiles a los demás. Pero un patrón se encuentra en esta ciudad fantasmal: el espacio se transforma para dar cabida a lo fantástico.

¿De qué manera? Las descripciones que invocan la naturaleza extraña y distanciada a la normalidad se intensifican, como el estado derruido, putrefacto y solitario, como se encuentra frecuentemente el lugar; otra cuestión importante es el ambiente expuesto en cada narración, pues el estado en el tiempo de la historia y la actitud y disposición de los personajes ante tal situación provocan que el espacio inspirado en la realidad se altere bajo las reglas de la ficción.

Ahora bien, la urbanidad representada en la antología de Bernardo Esquinca y Vicente Quirarte, con las características mencionadas anteriormente, propone un punto de partida para realizar un análisis espacial. Para echar mano a plasmar visualmente las interacciones humanas con el espacio urbano, la cartografía -dentro de las humanidades digitales- examina las relaciones de los aspectos espacio-temporales, da cuenta sobre la información sobre la cultura y permite, sobre todo, la visualización del conjunto complejo de datos.

En la actualidad, es sabido que el campo de la cartografía ya no está en manos únicamente de los especialistas del campo; las herramientas del mapeo se encuentran disponibles al alcance de cualquier investigador. Súmese que el método de estudio literario supone una ardua y meticulosa minería de datos que, en suma con la cartografía, se dispone a indagar más sobre el espacio urbano en la realidad y su relación con la obra literaria.

Siguiendo a colación las herramientas que ofrece la cartografía digital, este estudio se propuso a estudiar cómo se organiza y se distribuyen las conexiones de los espacios urbanos en las obras literarias contenidas en la antología. A raíz de esto, se seleccionó algunas variables que dieran cuenta del espacio urbano en la realidad: dirección postal del lugar y coordenadas; y las variables que configuran su relación con la ficción: temas, tipos de actividades y tipos de actores involucrados, para transformarse en un punto.

De esta manera, la cartografía literaria que se encuentra aquí presente ha puesto en marcha la tarea de trazar el recorrido de cada punto sobre la ubicación del espacio urbano de los relatos fantásticos (más bien, de aquellos cuentos que han sido posibles rastrear el lugar y que cumplen con la función de destacarse en la trama del relato), aunado a un análisis narratológico del suceso en cuestión de la trama, con la finalidad de desentrañar un poco más la compleja interacción que une a la literatura y a la ciudad con el mundo en que se produce.

Lista de referencias

Benjamin, W. (2005). Libro de los paisajes (ed. R. Tiedemann). Madrid: Akal.

Cruz Margueliche, J. (2014). La lectura de la ciudad a través de la literatura. En Memoria Académica 10, 2. Recuperado de www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/ art_revistas/pr.6461/pr.6461.pdf.

Esquinca, B. y Quirarte, V. (2013). Ciudad fantasma. Relato fantástico de la Ciudad de México (XIX-XX) Tomo I. México: Almadía.

Garza Saldívar, N. (sep-nov, 2009). El espacio de la memoria. En Acta poética 3, 2. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid= S0185-30822009000200008.